miércoles, 10 de agosto de 2011

Ojos azules


Alice llevaba allí un mes. Estaba sentada en la cocina de Irina mirando como revoloteaba de un lado para otro mientras fuera nevaba. Le había costado acostumbrase a ese clima tan helado pero con el paso de los días no podía más que resignarse a ello.
- No sé como puedes tomar tanto café – dijo Irina poniéndose de puntillas para alcanzar las tazas.
- Ya te lo dije, o bebo eso o me deprimiré aquí dentro – se colocó las mangas de su jersey por encima de las frías manos – Además, lo prefiero a ese té tuyo.
- Sí, sí. Haz algo y ve a buscar galletas a la tienda – se giró bruscamente hacia su hermana – Y como se te ocurra traer alguna que no sea de chocolate te echo.
- ¿Y qué harías tú sin mí? – río Alice dándole una palmada en el hombro. Se enfundó unas botas para la nieve, cogió un abrigo rojo y salió a la calle donde el viento azotó sus mejillas.
Caminó calle abajo hacia la tienda de la señora Moore, una anciana más bien poco amable pero que le daba conversaciones interesantes. Las pequeñas casas a su alrededor parecían acogedoras, pero en realidad no contenían nada cálido. Iba pensando en todas esas personas que vivían en el pueblo cuando se tropezó con alguien.
- ¡Oh, disculpa! – se agachó para recoger el periódico que se le había caído al desconocido – Iba demasiado despistada – al levantarse para entregarle lo que había tirado, levantó la vista.
Allí estaban unos profundos ojos azules. Unos ojos que le quitaron la respiración.

3 comentarios:

  1. Los hombres de ojos azules rompen corazones. Ten cuidado.

    ResponderEliminar
  2. Deseo que viva la mejor experiencia de todas: enamorarse :)!
    Los ojos azules no son tan llamativos como los color miel o castaños...
    O rojos.... :3

    ResponderEliminar
  3. Los pueden romper, pero también enamorar.

    ResponderEliminar